Descubrí que adentro mío conviven varias:
La loca: que le puede pintar el raye en cualquier momento, hay que mantenerse alerta..
La sumisa: que le da un poco de pudor algunas cosas.
La desquiciada: que cuando se calienta con algo/alguien no hay quien la vuelva en sí.
La violenta: esa mejor ni conocerla.
La tranquila: casi todos los días, parece inalterable, inamovible.
La callada: prefiere no decir nada, y mantener el pico cerrado
La charlatana: cuando arranca hablando, no hay con que pararla.
La víbora: mejor que ni hable, porque hiere.
La vaga: prefiere estar todo el día en la cama, sin hacer nada, cero libros, cero todo.
La estudiosa: cuando le ataque este síntoma, traga libros y se vuelve toda una Lissa Simpson.
Gracias a Dios aprendimos a vivir todas en armonía, por ahora. A veces una reta a la otra por su condición, pero sabemos manejarnos.
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