Después de vivir casi 4 años en el departamento que alquilo, encontré mi lugar en él de excesiva comodidad.
El lugar consiste en una esquina del comedor, al lado del calefactor, arriba a la derecha la ventana, un puf y frente a él un amplificador de 20 watts.
Lo descubrí hace unos días; llegaba muerta de frío y cansada de la facultad. Acerque el puf al calefactor, me senté y apoye mis pies en el ampli y bingo.! ahí estaba.
Me relajé. Acurrucada en el puf, miraba por la ventana las estrellas (era de noche) y simplemente me dí cuenta que podía estar toda la vida ahí sentada, calentita y contemplando el exterior de mi ventana. Fue apto para que reflexione todas las cosas que quiero y no quiero reflexionar de mi vida, ja.!
Pasé horas ahí sentada, mirando las estrellas y pensando, hasta que me quedé dormida. A la mañana cuando desperté, estaba en el mismo lugar y no tenía ganas de moverme de allí. Contemplé de nuevo la ventana, y veía las nubes y mi cabeza estaba en blanco, pero estaba feliz.
Que loco, pasé cuatro años en este dpto, y recién ahora me doy cuenta, que mi vida en él, se minimiza en sólo dos metros cuadrados.