martes, 31 de agosto de 2010

Peor es Nada

Al final, como todo en mi vida, cada cosa que comienzo la termino dejando a medias, y se ve que el blog no fue la excepción, lo arranqué con un entusiasmo bárbaro, y después no le dí más bola… Igualmente tuvo que ver mi estado de ánimo por estos días y también que no se me venía a la cabeza una gota de inspiración, nada decente como para expresar, cosa que sigue ocurriendo, pero como QUIERO que este blog no quede a medias como todas las demás cosas en mi vida, aunque sea algo, por diminuto que fuera, y completamente fuera de sentido, lo voy a subir igual y que todo me chupe un huevo! Ja.


El otro día, conversando por msn con un amigo, me di cuenta como a la gente le encanta reírse de las desgracias del otro, no es que nunca lo haya pensado, pero ahora lo re-afirmo.

“Chateando” con mi amigo, comencé a contarle historias trágicas de mi niñez y se rió tanto (lo sé porque tenía puesta la webcam, todavía no soy psíquica) que hasta me dio "cosita", quizás también y las conté de forma graciosa las anécdotas en cuestión, con un toque de humor morbo, pero sepan señores que en su momento a mi me dolió y marcó mi infancia con traumas irreparables (bueno tampoco tanto, pero vamos a agregarle dramatismo al asunto, así se vuelve mas entretenido).

Para no dejar a nadie con la intriga de cuales fueron mis tragedias de pequeña, paso a contarles, puesto que es a día de hoy, que algunas de ellas han dejado fobias en mi vida.

Tengo pánico a las gallinas, miedo al animal en sí e impresión a cuando está muerto en vidriera listo para engullirlo.

Cuando era chica, alrededor de 5 años, me encantaba ir a jugar al patio de la casa de mis abuelos, lo amaba. Tenían un patio gigante, con perro, gallinas, un jardín con flores, huertita, lleno de árboles frutales y montón de cosas ideales para jugar.

Todas las tardes iba a su casa con mi mamá cuando salía de la escuela. Un día me mandaron a tirarle maíz a las gallinas dentro del gallinero. Entré con mi baldecito con maíz y zas! Una de las gallinas se me abalanzó y comenzó a corretearme por todo el gallinero picándome las piernas, le daba patadas y nada, estaba endemoniada el ave, mal…

Salí corriendo y me persiguió por todo el patio, en la desesperación y torpeza me caigo y la desgraciada me picoteo toda, si si, fui picoteada y atacada por una gallina!!! Tuvo que venir a salvarme mi abuelo de ese pollo asesino después de escuchar mis gritos.

Años después (bueno, sólo dos años), todos dolidos por aquel episodio, y porque no es normal que una niña de 7 años le tema atrozmente a un animal como la gallina, por lo que mi abuela decidió regalarme dos pollitas, para que se me vayan los miedos y disfrute verlas crecer.

Yo felíz, tenía dos animalitos para cuidar y darles mi amor, eso sí, desde lejos, al gallinero nunca más y maíz desde afuera, sorry pero no me iba a arriesgar.

Pasaron meses, las pollas se hicieron gallinas y si no ponen huevos, a la larga no sirven, lógica y ciclo de vida de la gallina.
Un día de comilona familiar en la casa de los abuelos, llegué como siempre a ver a mis gallinas y oohh! faltaba una... pregunté y mi abuela dijo:- Como estamos arreglando el gallinero, llevamos algunas a lo de Doña Tere (la vieja vecina), así no andan dando vueltas por el patio.-
Había para comer de todo, asado, empanadas y casuela.
Comí con tantas ganas, nunca fuí muy fanática del asado así que dediqué mi atención a la casuela, que por cierto estaba exquisita.
A los días, seguía yendo a visitar a mis gallinas, y había una que seguía ausente, ya me comenzaba a intrigar, y después de un tiempo comprendí, que si te dicen que la gallina de fue de vacaciones a la casa de al lado y al fin y al cabo nunca vuelve, eran unas vacaciones permanentes, sobre todo si el día de su desaparición de ofrecen casuela de pollo y no de los pollolín...
Para el que lo dedujo, sí... es cierto y para el que no le cuento: sin saberlo me comí a mi gallina, y lo peor fue que la disfruté...

Así me pasó con muchos animales, no a todos me los comí en casuela, pero si tuvieron trágicas visitas al cielo de los animales...
En otra ocasión las cuento, ahora ya fue, me cansé de escribir...

Saludos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo no me olvido más de mi cony, mi conejita bella y hermosa.. vivia en la casa de mi abuela y yo la iba a visitar, hasta que un día dijeron que se la tenian que llevar por que iba a tener crias, así que la llevaban a la chacra de mi tío.. como niña inocente creí tal estupidez, un día escuchando detrás de la puerta hablando a mi papá y mi abu, sobre que mi conejita bella y hermosa se la había comido mi tío, a mi papá no le hable por uno o dos meses..obvio que nadie me afrezca conejo para comer por que no podría..q día tan triste...